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<title>Blog Eucarístico</title>
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<title>Homilía del Papa francisco en la solemnidad de Pentecostés de 2023</title>
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<pubDate>Fri, 17 May 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024. Espíritu Santo: Fuente inagotable de armonía Con la solemnidad de Pentecostés se concluye el Tiempo Pascual. Esta fiesta reaviva en la Iglesia la conciencia de que el Espíritu Santo acompaña continuamente su camino y, gracias a él, «la fe es vida, el […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024.
<h2 style="text-align: center">Espíritu Santo: Fuente inagotable de armonía</h2>
Con la solemnidad de Pentecostés se concluye el Tiempo Pascual. Esta fiesta reaviva en la Iglesia la conciencia de que el Espíritu Santo acompaña continuamente su camino y, gracias a él, «la fe es vida, el amor del Señor nos conquista y la esperanza renace», como nos recuerda el papa Francisco en la reflexión que pronunció el 28 de mayo de 2023. Estas fueron sus palabras. 
La Palabra de Dios nos muestra al Espíritu Santo en acción. Lo vemos actuar en tres momentos: en el mundo que ha creado, en la Iglesia y en nuestros corazones.
En el mundo 
Primero, en el mundo que ha creado, en la creación. Desde el principio, el Espíritu Santo está en acción: «Si envías tu aliento, son creados», rezamos con el Salmo (104,30). Él, en efecto, es creator Spiritus, Espíritu creador; así lo invoca la Iglesia desde hace siglos.
Pero, podemos preguntarnos, ¿qué hace el Espíritu en la creación del mundo? Si todo proviene del Padre, si todo fue creado por medio del Hijo, ¿cuál es el papel específico del Espíritu? Un gran Padre de la Iglesia, san Basilio, escribió: «Si se intenta sustraer al Espíritu de la creación, todas las cosas se mezclan y la vida surge sin ley, sin orden» (Spir., XVI,38). Esta es la función del Espíritu: es Aquel que, al principio y en todo tiempo, hace pasar las realidades creadas del desorden al orden, de la dispersión a la cohesión, de la confusión a la armonía. Este modo de actuar lo veremos siempre en la vida de la Iglesia. Él da al mundo, en una palabra, armonía; de ese modo «guía el curso de los tiempos y renueva la faz de la tierra» (Gaudium et spes, 26; Sal 104,30). Renueva la tierra, pero no cambiando la realidad, sino armonizándola; este es su estilo, porque Él en sí mismo es armonía: Ipse harmonia est (cf. S. Basilio, In Ps. 29,1).
En el mundo hay mucha discordia, mucha división. Estamos todos conectados y, sin embargo, nos encontramos desconectados entre nosotros, anestesiados por la indiferencia y oprimidos por la soledad. Muchas guerras, muchos conflictos; ¡parece increíble el mal que el hombre puede llegar a realizar! Pero, en realidad, lo que alimenta nuestras hostilidades es el espíritu de la división, el diablo, cuyo nombre significa precisamente «el que divide». Sí, el que precede y excede nuestra desunión es el espíritu maligno, el «seductor del mundo entero» (Ap 12,9). Él goza con los antagonismos, con las injusticias, con las calumnias; son su alegría. Y, frente al mal de la discordia, nuestros esfuerzos por construir la armonía no son suficientes. He aquí entonces que el Señor, en el culmen de su Pascua, en el culmen de la salvación, derramó sobre el mundo creado su Espíritu bueno, el Espíritu Santo, que se opone al espíritu de división porque es armonía; Espíritu de unidad que trae la paz. ¡Pidámosle que venga cada día a nuestro mundo, a nuestra vida, y esté delante de cualquier tipo de división!
En la Iglesia 
Además de estar presente en la creación, lo vemos actuando en la Iglesia desde el día de Pentecostés. Pero notemos que el Espíritu no dio comienzo a la Iglesia impartiendo instrucciones y normas a la comunidad, sino descendiendo sobre cada uno de los apóstoles; cada uno recibió gracias particulares y carismas diferentes. Toda esta pluralidad de dones distintos podría generar confusión, pero al Espíritu le gusta crear armonía partiendo precisamente de la pluralidad. Su armonía no es un orden impuesto y homologado. No es así; en la Iglesia hay un orden «organizado de acuerdo a la diversidad de los dones del Espíritu» (S. Basilio, Spir., XVI,39).
En Pentecostés, en efecto, el Espíritu Santo descendió en numerosas lenguas de fuego; dio a cada uno la capacidad de hablar otras lenguas (cf. Hch 2,4) y de oír a los demás hablar en la propia lengua (cf. Hch 2,6.11). Por tanto, no creó una lengua igual para todos, no eliminó las diferencias, las culturas, sino que armonizó todo sin homologar, sin uniformar. […] Detengámonos en este aspecto: el Espíritu no comienza por un proyecto estructurado; no, Él empieza repartiendo dones gratuitos y sobreabundantes. El texto, en efecto, subraya que en Pentecostés «todos quedaron llenos del Espíritu Santo» (Hch 2,4). Todos llenos, así empieza la vida de la Iglesia; no por un plan preciso y articulado, sino por la experiencia del mismo amor de Dios. De este modo, el Espíritu crea armonía, nos invita a dejar que su amor y sus dones, que están presentes en los demás, nos sorprendan. Como nos ha dicho san Pablo: «Hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu […] Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo» (1Co 12,4.13). Ver a cada hermano y hermana en la fe como parte del mismo cuerpo al que pertenezco; esta es la mirada armoniosa del Espíritu, este es el camino que nos indica.
Volvamos a poner al Espíritu Santo en el centro de la Iglesia, de lo contrario nuestro corazón no será inflamado de amor por Jesús, sino por nosotros mismos. Pongamos al Espíritu en el principio y en el centro […] Porque es «a Él, sobre todo, a quien necesita hoy la Iglesia. Digámosle cada día: ¡Ven!» (Íd., Audiencia general, 29/11/1972). Y caminemos juntos, porque al Espíritu, como en Pentecostés, le gusta descender mientras «están todos reunidos» (cf. Hch 2,1). Sí, para mostrarse al mundo Él escogió el momento y el lugar en el que estaban todos juntos. Por lo tanto, el Pueblo de Dios, para ser colmado del Espíritu, debe caminar unido. Así se renueva la armonía en la Iglesia: caminando juntos con el Espíritu en el centro. ¡Hermanos y hermanas, construyamos armonía en la Iglesia!
En cada corazón 
Por último, el Espíritu crea armonía en nuestros corazones. Lo vemos en el Evangelio, cuando Jesús, la tarde de Pascua, sopló sobre sus discípulos y dijo: «Reciban el Espíritu Santo» (Jn 20,22). Lo da con un fin específico: para perdonar los pecados, es decir, para reconciliar, para armonizar los corazones lacerados por el mal, rotos por las heridas, disgregados por los sentimientos de culpa. Solo el Espíritu devuelve la armonía al corazón, porque es Aquel que crea la «intimidad con Dios» (S. Basilio, Spir., XIX, 49). Si queremos armonía busquémoslo a Él, no a los sucedáneos mundanos. Invoquemos al Espíritu Santo cada día, comencemos rezándole cada día, ¡seamos dóciles a Él!
En su fiesta, preguntémonos: ¿soy dócil a la armonía del Espíritu o sigo mis proyectos, mis ideas, sin dejarme modelar, sin dejarme transformar por Él? ¿Mi modo de vivir la fe es dócil al Espíritu? ¿O es necio, adherido a la letra, a las así llamadas doctrinas que solo son expresiones frías de la vida? ¿Me apresuro a juzgar y le cierro la puerta a los demás, considerándome víctima de todo y de todos? O, por el contrario, ¿acojo su poder creador armonioso, acojo la «gracia del conjunto» que Él inspira, su perdón que da paz, y a mi vez perdono? El perdón significa hacer espacio para que venga el Espíritu. ¿Promuevo reconciliación y creo comunión, o estoy siempre buscando dónde hay dificultades para dividir, para destruir? ¿Perdono, promuevo reconciliación, creo comunión?
Si el mundo está dividido, si la Iglesia se polariza, si el corazón se fragmenta, no perdamos tiempo criticando a los demás e indignándonos con nosotros mismos, sino invoquemos al Espíritu; Él es capaz de solucionarlo.
Espíritu Santo, Espíritu de Jesús y del Padre, fuente inagotable de armonía, te encomendamos el mundo, te consagramos la Iglesia y nuestros corazones. 
Ven, Espíritu creador, armonía de la humanidad, renueva la faz de la tierra. Ven, Don de dones, armonía de la Iglesia, únenos a Ti. Ven, Espíritu del perdón, armonía del corazón, transfórmanos como Tú sabes, por intercesión de María.
<h5 style="text-align: right">Papa Francisco</h5>
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<title>Desde nuestra ventana (mayo 2024)</title>
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<pubDate>Wed, 15 May 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
<category><![CDATA[Desde nuestra ventana]]></category>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024. Los latidos de la lluvia Toda la semana sin dejar de llover. Las calles sustituyeron a los peatones por regueros de agua en las aceras camino de los imbornales insaciables. A veces el paisaje se puebla por paraguas en forma de árboles humanos, […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024.
<h2 style="text-align: center">Los latidos de la lluvia</h2>
Toda la semana sin dejar de llover. Las calles sustituyeron a los peatones por regueros de agua en las aceras camino de los imbornales insaciables. A veces el paisaje se puebla por paraguas en forma de árboles humanos, sobre los que las gotas aporrean con toda la fuerza de una sequía prolongada. Se ha ocultado el sol. 
Las pantallas que anuncian telediarios dan noticias de ríos desbocados, de tierras inundadas, de playas vacías con su arena mojada, también de rostros por cuyos ojos se asoma la lluvia en forma de lágrimas derramando desconsuelo. Una tras otra, se van suspendiendo las procesiones programadas. El Huécar baja un lamento colmado, desbordante, que rodea a la ciudad con abrazos de una soledad misteriosa. El cielo es gris, como plomo fundido. Un sentimiento extraño, agridulce, se asoma una y otra vez, entre claro y claro, por las nubes intermitentes que almacenan agua parecida a un tesoro escondido.
Dios es amor 
Es el sentimiento, cobijado con su color propio detrás de cada una de las túnicas, que arrastra siglos de historia prolongada, perdida y encontrada en montañas de milenios, montañas que convergen todas en un montículo incipiente, el Gólgota de siempre, que eleva hasta lo más alto el agua viva de la salvación, del sentido de ser, de la eternidad deseada. Lo de menos es el conjunto de imágenes guardadas, lo importante es la creencia suspendida en cada uno de los corazones habitados por la presencia de Dios. El misterio solo puede explicarse por las ansias permanentes de la aspiración al amor. Dios es amor.
Se han apagado los tambores. Se han vaciado los clarines. Camino del Calvario las turbas se retiran al interior seguro, innominado, cierto, que cada nazareno traslada hasta el presente desde un pasado engendrado y transmitido de generación en generación. La lluvia que no cesa acompaña con su latido a un corazón comunitario.
La Verdad, en la cruz 
Para llegar a la iglesia de la Virgen de la Luz, situada extramuros, donde la ciudad comienza a hacerse altura y monte, tenemos que atravesar el puente sobre el Júcar. Baja el caudal brusco y engolado, de aspecto ácido parecido al chocolate, en un intento ingente por rebasar sus dos riberas expectantes. Casi se trata de una tragedia oscura, pero que arrastra vida en su camino segurísimo hasta el mar. Las miradas se cruzan con la incertidumbre de pasar o contemplar la belleza cabizbaja de los árboles sumisos.
En el interior del templo, pequeño y recogido, se exhiben sobre sus andas las imágenes que no han podido procesionar, asombradas por la espera en uno y otro lado de sus paredes laterales. Es posible, dicen, que haya acudido, en mayor medida, la curiosidad exclusiva del turista, pero lo cierto es que ante ellas el silencio es tal, que latente en las afueras puede escucharse el martillo de la lluvia golpeando sobre el río. Caen las gotas innumerables con su recogimiento de fe. Imágenes que sobrecogen, tan cercanas, tan nuestras, alimentando raíces de esperanza.
Sobrecoge, sobre todo, la talla del Ecce Homo, del escultor Marco Pérez, que muestra la expresión de un medio cuerpo, sus brazos cruzados sobre el pecho como queriendo amparar a la Humanidad desvalida, sus lágrimas hirvientes que descuelgan dolor sobre su rostro, sus ojos de pupilas dilatadas, agónicas pero triunfantes, que elevan hasta el Padre la voluntad cumplida, la corona de espinas que hace chorrear la sangre como una lluvia de vida… Expresa la verdad de las palabras que Jesús acaba de dirigirle a Pilato en la mañana del viernes: «Mi reino no es de este mundo» (Jn 18,36).
La verdad está expuesta en una cruz: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6).
La luz del domingo 
Como culebrillas espantadas suben las calles sinuosas desafiando la gravedad y la corriente. Los pasos se hacen alma en el plano inclinado del esfuerzo. Todo confluye exactamente en el punto de más arriba, en la Plaza Mayor, donde todo se hace único e indistinguible: El lamento compartido, la catedral abierta en brazos, el paisaje cenizoso, la lluvia eternizada en una carpa con cielo.
Hacia un lateral, medio escondido, un suspiro hecho escaleras de la estrechez de un hilo inicia una bajada donde la costumbre, el fervor centenario, la creencia inoculada por el tiempo, la tradición, la leyenda, el pasmo de la fe se recogen en un misterio asequible a los deseos: acompañar a una Virgen rota, desolada, que sostiene compungida el esqueleto de su hijo yacente. Lo sostiene y deposita en el sepulcro nuevo horadado en la misma montaña de la cruz. Virgen de las Angustias, de la Soledad… y también de la Esperanza. Bajamos con cuidado. La lluvia se ha encargado de inventar pequeñas cascadas de escalón en escalón, con la parsimonia de quien hace guiños pausados a los pies del hombre que busca la respuesta.
Hace guiños a la luz después de la inmensa noche que pareciera no tener alba, pero que aprieta entre lo oscuro una resurrección de luminarias: la luz del mundo. Es la noche que despeja de su seno al reino de la tiniebla. El sol nace de lo alto.
Mañana del domingo. Sigue la lluvia aporreando los cristales que a modo de hornacina envuelven la ciudad. Clarea. Caminando hacia el sepulcro unas mujeres se apuran por no poder remover la piedra de la puerta de entrada. Está saliendo el sol. Se ensañan sus rayos en una lucha complicada, gota a gota, con las nubes que no paran de descargar. Las mujeres contemplan el sepulcro vacío. Por el mundo late la lluvia con su corazón de arco iris.
<h5 style="text-align: right">Teresa y Lucrecio, matrimonio UNER</h5>
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<title>Cordialmente, una carta para ti (mayo 2024)</title>
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<pubDate>Mon, 13 May 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
<category><![CDATA[Cordialmente, una carta para ti]]></category>
<category><![CDATA[El Granito de Arena]]></category>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024. Y las lágrimas se hicieron lluvia Amigo lector: los cristianos sabemos muy bien que la vida humana tiene sentido, que todo lo que ocurre es por algo y para algo. Sabemos muy bien que nuestra vida no discurre por un dédalo vacío […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024.
<h2 style="text-align: center">Y las lágrimas se hicieron lluvia</h2>
Amigo lector: los cristianos sabemos muy bien que la vida humana tiene sentido, que todo lo que ocurre es por algo y para algo. Sabemos muy bien que nuestra vida no discurre por un dédalo vacío y sin sentido, donde la única razón de ser es el azar, la casualidad. Por el contrario, sabemos que todo lo que ocurre es por algo y para algo. Nosotros puede que a veces no lo entendamos, pero Dios sí lo entiende; de aquí el conocido refrán: «Dios escribe derecho con renglones torcidos». Con esta aparente contradicción queremos decir que no somos capaces de entender los designios divinos.
Todo lo anterior te lo digo, lector amigo, por lo ocurrido esta pasada Semana santa. Como recordarás, estuvo lloviendo intensamente en España durante todos los días de la semana debido a una potente borrasca. Tanto fue así que la mayor parte de las procesiones, pese a que estuvieron esperando hasta última hora, no pudieron salir de las iglesias. Todo había sido preparado desde hacía tiempo; las cofradías y las hermandades lo tenían todo bien organizado, pero la abundante y persistente lluvia tiró por tierra todos sus preparativos. Nada pudo ser según lo que habían preparado para la ocasión. Por ello, tuvo que celebrarse una Semana santa sin lo más típico y espectacular: las procesiones.
Como consecuencia, fue grande la decepción de las cofradías, hermandades, costaleros y de todos los fieles que esperaban impacientes la salida de las procesiones en las distintas ciudades y pueblos de España. Muchos se quejaban de la inoportuna lluvia, comentando que bien podía llover en otra ocasión. Incluso algunos llegaron a pensar que podía tratarse de un castigo divino por nuestros pecados… Hubo toda clase de opiniones y de comentarios ante el triste hecho de que muchas procesiones no pudieran salir por la amenaza de lluvia o por la abundante agua que estaba cayendo. Cierto es, lector amigo, que junto a quienes se quejaban y lamentaban estaban quienes aceptaban con resignación cristiana lo que ocurría. Eran los que admitían aquella gran contrariedad, porque aprendieron a dominarse ante la adversidad; por ello, no se quejaban ni se lamentaban, solo rezaban. Eran los que sabían que no puede existir paz interior, si no aceptamos las contrariedades que la vida nos depara. Eran, como decía Séneca, los que aprendieron a «llevar todo lo que viniese como si respondiera a nuestra voluntad y deseos». Pero para llegar a este convencimiento hay que tener claro que los disgustos que con frecuencia nos llevamos suelen ser mayores que las causas que los motivaron. Cuando comprendemos esta gran verdad dejamos de disgustarnos, máxime por cosas que no dependen de nuestra voluntad, como es el caso de la lluvia.
No solo lamentos y resignación 
Pero no solo hubo lamentos y resignación esta Semana santa, sino que también hubo lágrimas, muchas lágrimas. Eran lágrimas de amargura, nacidas de la tristeza y de la impotencia. Eran lágrimas que brotaban de la profunda decepción y desilusión que representaba el ver que se acercaba la hora de salir la procesión, y la lluvia no cesaba; al contrario, más bien parecía que arreciaba con mayor fuerza. Mientras la lluvia y las lágrimas aumentaban iba disminuyendo nuestra esperanza. En esta Semana santa, aunque duela decirlo, todo fue decepción, desencanto y desilusión. Sin embargo, puede que aquellas lágrimas, nacidas del desencanto y la desilusión, propiciasen la caída de una lluvia que estaba siendo sumamente necesaria.
Se obró el milagro 
Todos éramos conscientes, lector amigo, del riesgo de sequía que padecía España, particularmente Cataluña y Andalucía, poco antes de Semana santa. Faltaba agua, tanto para beber como para regar. Se hablaba de traer agua desalada en barcos para descargarla en camiones-cisterna y llevarla a ciudades y pueblos, algo que resultaría carísimo. Existía una gran preocupación por el problema de la sequía. Pero se obró el milagro: llovió mucho y bien; tanto que ahora, poco después de Semana santa, los embalses de Galicia están al 87,3% de su capacidad; los del País Vasco están al 90,5%; los del Cantábrico oriental al 93,2%; los de la cuenca del río Duero al 86,4%; los de la cuenca del Ebro al 73% y los de la cuenca del Tajo al 76,6%, según datos publicados por el diario El Mundo (3/4/2024). Cierto que los embalses de Cataluña y de Andalucía, debido al déficit de lluvia del último año, tienen menos cantidad de agua.
Habrá quienes piensen, amigo lector, que llovió por otras razones. Yo prefiero pensar que, como bien dice el refrán, «Dios escribe derecho, con renglones torcidos», por lo que las lágrimas de los fieles se hicieron lluvia. Cordialmente,
<h5 style="text-align: right">Manuel Ángel Puga</h5>
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<title>Mensaje para la Jornada mundial de las comunicaciones sociales</title>
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<pubDate>Fri, 10 May 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024. Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana El próximo 12 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor, se celebrará la 58ª Jornada mundial de las comunicaciones sociales. Este año, en su tradicional Mensaje para esta ocasión, el […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024.
<h2 style="text-align: center">Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana</h2>
El próximo 12 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor, se celebrará la 58ª Jornada mundial de las comunicaciones sociales. Este año, en su tradicional Mensaje para esta ocasión, el papa afronta un tema de candente actualidad: la inteligencia artificial. Ofrecemos el texto completo: 
Queridos hermanos y hermanas: La evolución de los sistemas de la así llamada «inteligencia artificial», sobre la que ya reflexioné en mi reciente Mensaje para la Jornada mundial de la paz, también está modificando radicalmente la información y la comunicación y, a través de ellas, algunos de los fundamentos de la convivencia civil. Es un cambio que afecta a todos, no solo a los profesionales. La difusión acelerada de sorprendentes inventos, cuyo funcionamiento y potencial son indescifrables para la mayoría de nosotros, suscita un asombro que oscila entre el entusiasmo y la desorientación, y nos coloca inevitablemente frente a preguntas fundamentales: ¿Qué es pues el hombre? ¿Cuál es su especificidad y cuál será el futuro de esta especie nuestra llamada homo sapiens, en la era de las inteligencias artificiales? ¿Cómo podemos seguir siendo plenamente humanos y orientar hacia el bien el cambio cultural en curso?
Comenzando desde el corazón 
Ante todo, conviene despejar el terreno de lecturas catastrofistas y de sus efectos paralizantes. Hace un siglo, Romano Guardini, reflexionando sobre la tecnología y el hombre, instaba a no ponerse rígidos ante lo nuevo, intentando «conservar un mundo de infinita belleza que está a punto de desaparecer». Sin embargo, al mismo tiempo, de manera encarecida, advertía proféticamente: «Nuestro puesto está en el porvenir. Todos han de buscar posiciones allí donde corresponde a cada uno […], podremos realizar este objetivo si cooperamos noblemente en esta empresa; y a la vez, permaneciendo, en el fondo de nuestro corazón incorruptible, sensibles al dolor que produce la destrucción y el proceder inhumano que se contiene en este mundo nuevo». Y concluía: «Es cierto que se trata de problemas técnicos, científicos y políticos; pero es preciso resolverlos planteándolos desde el punto de vista humano. Es preciso que brote una nueva humanidad de profunda espiritualidad, de una libertad y una vida interior nuevas» (Cartas del Lago de Como, Pamplona 2013, 101-104).
En esta época, que corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en humanidad, nuestra reflexión solo puede partir del corazón humano. Solo dotándonos de una mirada espiritual, solo recuperando una sabiduría del corazón, podremos leer e interpretar la novedad de nuestro tiempo y redescubrir el camino de una comunicación plenamente humana. El corazón, bíblicamente entendido como la sede de la libertad y de las decisiones más importantes de la vida, es símbolo de integridad, de unidad, a la vez que evoca afectos, deseos, sueños, y es sobre todo el lugar interior del encuentro con Dios. La sabiduría del corazón es, pues, esa virtud que nos permite entrelazar el todo y las partes, las decisiones y sus consecuencias, las capacidades y las fragilidades, el pasado y el futuro, el yo y el nosotros.
Esta sabiduría del corazón se deja encontrar por quien la busca y se deja ver por quien la ama; se anticipa a quien la desea y va en busca de quien es digno de ella (cf. Sab 6,12-16). Está con los que se dejan aconsejar (cf. Prov 13,10), con los que tienen el corazón dócil y escuchan (cf. 1Re 3,9). Es un don del Espíritu Santo, que permite ver las cosas con los ojos de Dios, comprender los vínculos, las situaciones, los acontecimientos y descubrir su sentido. Sin esta sabiduría, la existencia se vuelve insípida, porque es precisamente la sabiduría –cuya raíz latina sapere se relaciona con el «sabor»– la que da gusto a la vida.
Oportunidad y peligro 
No podemos esperar esta sabiduría de las máquinas. Aunque el término inteligencia artificial ha suplantado al más correcto, utilizado en la literatura científica, machine learning, el uso mismo de la palabra inteligencia es engañoso. Sin duda, las máquinas poseen una capacidad inconmensurablemente mayor que los humanos para almacenar datos y correlacionarlos entre sí, pero corresponde al hombre, y solo a él, descifrar su significado. No se trata, pues, de exigir que las máquinas parezcan humanas; sino más bien de despertar al hombre de la hipnosis en la que ha caído debido a su delirio de omnipotencia, creyéndose un sujeto totalmente autónomo y autorreferencial, separado de todo vínculo social y ajeno a su creaturalidad.
En efecto, el hombre siempre ha experimentado que no puede bastarse a sí mismo e intenta superar su vulnerabilidad utilizando cualquier medio. Empezando por los primeros artefactos prehistóricos, utilizados como prolongación de los brazos, pasando por los medios de comunicación empleados como prolongación de la palabra, hemos llegado hoy a las máquinas más sofisticadas que actúan como ayuda del pensamiento. Sin embargo, cada una de estas realidades puede estar contaminada por la tentación original de llegar a ser «como» Dios «sin» Dios (cf. Gén 3), es decir, de querer conquistar por las propias fuerzas lo que, en cambio, debería acogerse como un don de Dios y vivirse en la relación con los demás.
Según la orientación del corazón, todo lo que está en manos del hombre se convierte en una oportunidad o en un peligro. Su propio cuerpo, creado para ser un lugar de comunicación y comunión, puede convertirse en un medio de agresión. Del mismo modo, toda extensión técnica del hombre puede ser un instrumento de servicio amoroso o de dominación hostil. Los sistemas de inteligencia artificial pueden contribuir al proceso de liberación de la ignorancia y facilitar el intercambio de información entre pueblos y generaciones diferentes. Pueden, por ejemplo, hacer accesible y comprensible una enorme riqueza de conocimientos escritos en épocas pasadas o hacer que las personas se comuniquen en lenguas que no conocen. Pero al mismo tiempo pueden ser instrumentos de contaminación cognitiva, de alteración de la realidad a través de narrativas parcial o totalmente falsas, que se creen –y se comparten– como si fueran verdaderas. Baste pensar en el problema de la desinformación al que nos enfrentamos desde hace años en forma de fake news (cf. «La verdad os hará libres» (Jn 8,32). Fake news y periodismo de paz: Mensaje para la 52ª Jornada mundial de las comunicaciones sociales, 2018), y que hoy se sirve de deepfakes, es decir, de la creación y difusión de imágenes que parecen perfectamente verosímiles pero que son falsas (también yo he sido objeto de ello), o de mensajes de audio que utilizan la voz de una persona para decir cosas que nunca ha dicho. La simulación, que está en la base de estos programas, puede ser útil en algunos campos específicos, pero se vuelve perversa cuando distorsiona la relación con los demás y la realidad.
Ya desde la primera ola de la inteligencia artificial, la de los medios sociales, hemos comprendido su ambivalencia, dándonos cuenta tanto de sus potencialidades como de sus riesgos y patologías. El segundo nivel de inteligencia artificial generativa marca un salto cualitativo indiscutible. Por lo tanto, es importante tener la capacidad de entender, comprender y regular herramientas que en manos equivocadas podrían abrir escenarios adversos. Como todo lo que ha salido de la mente y de las manos del hombre, tampoco los algoritmos son neutros. Por ello, es necesario actuar preventivamente, proponiendo modelos de regulación ética para frenar las implicaciones nocivas y discriminatorias, socialmente injustas, de los sistemas de inteligencia artificial, y contrarrestar su uso en la reducción del pluralismo, la polarización de la opinión pública o la construcción de un pensamiento único. Así pues, renuevo mi llamamiento exhortando a «la comunidad de las naciones a trabajar unida para adoptar un tratado internacional vinculante, que regule el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en sus múltiples formas» (Mensaje para la Celebración de la 57ª Jornada mundial de la paz, 1/1/2024, n. 8). Sin embargo, como en cualquier ámbito humano, la sola reglamentación no es suficiente.
Crecer en humanidad 
Estamos llamados a crecer juntos en humanidad y como Humanidad. El reto que tenemos ante nosotros es dar un salto cualitativo para estar a la altura de una sociedad compleja, multiétnica, pluralista, multirreligiosa y multicultural. Nos corresponde cuestionarnos sobre el desarrollo teórico y el uso práctico de estos nuevos instrumentos de comunicación y conocimiento. Grandes posibilidades de bien acompañan al riesgo de que todo se transforme en un cálculo abstracto, que reduzca las personas a meros datos, el pensamiento a un esquema, la experiencia a un caso, el bien a un beneficio, y sobre todo que acabemos negando la unicidad de cada persona y de su historia, disolviendo la concreción de la realidad en una serie de estadísticas.
La revolución digital puede hacernos más libres, pero no ciertamente si nos dejamos atrapar por los fenómenos mediáticos hoy conocidos como «cámara de eco». En tales casos, en lugar de aumentar el pluralismo de la información, corremos el riesgo de perdernos en un pantano desconocido, al servicio de los intereses del mercado o del poder. Es inaceptable que el uso de la inteligencia artificial conduzca a un pensamiento anónimo, a un ensamblaje de datos no certificados, a una negligencia colectiva de responsabilidad editorial. La representación de la realidad en «macrodatos», por muy funcional que sea para la gestión de las máquinas, implica de hecho una pérdida sustancial de la verdad de las cosas, que dificulta la comunicación interpersonal y amenaza con dañar nuestra propia humanidad. La información no puede separarse de la relación existencial: implica el cuerpo, el estar en la realidad; exige poner en relación no solo datos, sino también las experiencias; exige el rostro, la mirada y la compasión más que el intercambio.
Pienso en los reportajes de las guerras y en la guerra paralela que se hace mediante campañas de desinformación. Y pienso en cuántos reporteros resultan heridos o mueren sobre el terreno para permitirnos ver lo que han visto sus ojos. Porque solo tocando el sufrimiento de niños, mujeres y hombres podemos comprender lo absurdo de las guerras.
El uso de la inteligencia artificial podrá contribuir positivamente en el campo de la comunicación si no anula el papel del periodismo sobre el terreno, sino que, por el contrario, lo respalda; si aumenta la profesionalidad de la comunicación, responsabilizando a cada comunicador; si devuelve a cada ser humano el papel de sujeto, con capacidad crítica, respecto de la misma comunicación.
Interrogantes para el hoy y para el mañana 
Así pues, surgen espontáneamente algunas preguntas: ¿Cómo proteger la profesionalidad y la dignidad de los trabajadores del ámbito de la comunicación y la información, junto con la de los usuarios de todo el mundo? ¿Cómo garantizar la interoperabilidad de las plataformas? ¿Cómo garantizar que las empresas que desarrollan plataformas digitales asuman la responsabilidad de lo que difunden y de lo cual obtienen beneficios, del mismo modo que los editores de los medios de comunicación tradicionales? ¿Cómo hacer más transparentes los criterios en los que se basan los algoritmos de indexación y desindexación y los motores de búsqueda, capaces de exaltar o cancelar personas y opiniones, historias y culturas? ¿Cómo garantizar la transparencia de los procesos de información? ¿Cómo hacer evidente la autoría de los escritos y rastreables las fuentes, evitando el manto del anonimato? ¿Cómo poner de manifiesto si una imagen o un vídeo retratan un acontecimiento o lo simulan? ¿Cómo evitar que las fuentes se reduzcan a un pensamiento único, elaborado algorítmicamente? ¿Y cómo fomentar, en cambio, un entorno que preserve el pluralismo y represente la complejidad de la realidad? ¿Cómo hacer sostenible esta herramienta potente, costosa y de alto consumo energético? ¿Cómo hacerla accesible también a los países en desarrollo?
A partir de las respuestas a estas y otras preguntas, comprenderemos si la inteligencia artificial acabará construyendo nuevas castas basadas en el dominio de la información, generando nuevas formas de explotación y desigualdad; o si, por el contrario, traerá más igualdad, promoviendo una información correcta y una mayor conciencia del cambio de época que estamos viviendo, favoreciendo la escucha de las múltiples necesidades de las personas y de los pueblos, en un sistema de información articulado y pluralista. Por una parte, se cierne el espectro de una nueva esclavitud, por la otra, una conquista de la libertad; por un lado, la posibilidad de que unos pocos condicionen el pensamiento de todos, por otro, la posibilidad de que todos participen en la elaboración del pensamiento.
La respuesta no está escrita, depende de nosotros. Corresponde al hombre decidir si se convierte en alimento de algoritmos o, en cambio, sí alimenta su corazón con la libertad, ese corazón sin el cual no creceríamos en sabiduría. Esta sabiduría madura sacando provecho del tiempo y comprendiendo las debilidades. Crece en la alianza entre generaciones, entre quienes tienen memoria del pasado y quienes tienen visión de futuro. Solo juntos crece la capacidad de discernir, de vigilar, de ver las cosas a partir de su cumplimiento. Para no perder nuestra humanidad, busquemos la Sabiduría que es anterior a todas las cosas (cf. Eclo 1,4), la que pasando por los corazones puros hace amigos de Dios y profetas (cf. Sab 7,27). Ella nos ayudará también a orientar los sistemas de inteligencia artificial a una comunicación plenamente humana.
<h5 style="text-align: right">Papa Francisco</h5>
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<title>Itinerario mariano de san Manuel González (mayo 2024)</title>
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<pubDate>Wed, 08 May 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
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<category><![CDATA[San Manuel González García]]></category>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024. Un amor filial que cautiva (II): La doctrina mariana de san Manuel González Proseguimos profundizando en la Mariología del obispo del Sagrario abandonado a partir de la participación de la Dra. Deyanira Flores, de Costa Rica, y el Dr. Keith Jiron, de […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024.
<h2 class="p1" style="text-align: center">Un amor filial que cautiva (II): La doctrina mariana de san Manuel González</h2>
Proseguimos profundizando en la Mariología del obispo del Sagrario abandonado a partir de la participación de la Dra. Deyanira Flores, de Costa Rica, y el Dr. Keith Jiron, de Estados Unidos, en el «Itinerario mariano de san Manuel González», que se celebró en el Centro Internacional Teresiano Sanjuanista (CITeS), en Ávila, el pasado mes de febrero de este año. 

A través de una videoconferencia los ponentes fueron acercándonos las características sobresalientes de la teología mariana de san Manuel, a partir de ciertas preguntas que se les plantearon. En concreto, se le preguntó al Dr. Jiron sobre las partes de la tesis que defendió en 2021 en la universidad de Dayton (EE.UU.) y cuyo título es: «La Mariología de san Manuel González (1877-1940)».
¿Cuáles son los temas abordados en su tesis? 
Keith Jiron [KJ]: Tras la recopilación de los textos marianos de san Manuel, he podido situarlos en las diferentes categorías de la mariología que, a su vez, han dado título a cada uno de los seis capítulos de la tesis, donde analizo estos textos según determinados temas mariológicos, como son maternidad divina y virginidad de María, maternidad inmaculada de María, mediación de María, María como intercesora, como Madre y Señora del Santísimo Sacramento y, finalmente, como Madre Sacerdotal.
No tenemos tiempo para entrar en cada capítulo pero me gustaría al menos mostrar algunos textos marianos de san Manuel y ver cómo encajan en ciertas categorías de la mariología. Antes quiero decir que lo que me encanta de la enseñanza mariana de san Manuel es que incluso los textos que encajan en categorías marianas comunes, como la virginidad de María, o su maternidad Inmaculada, o la intercesión, etc., son textos tan ricos y bellos que te elevan. Habla de estas cosas de una manera tan espiritual o mística que te dejan reflexionando más profundamente sobre el papel de María en la historia de la salvación y cómo su maternidad inmaculada se relaciona tan bellamente con la Eucaristía.
He aquí un ejemplo: En el capítulo sobre la mediación de María, examiné un texto de su libro Jesús callado, donde habla de cómo la pureza de la Eucaristía ayuda en la batalla contra la impureza. Explica que podemos recibir esta carne pura de Jesús porque nació de la virgen más pura. Su carne salvadora, que fortalece nuestra debilidad humana, está al alcance de los hombres gracias a la mediación de María.
En el mismo capítulo sobre la mediación, he colocado este texto de san Manuel: «Inmaculada Madre María dispensadora del más rico don de los cielos y de la tierra, Dadora de Jesús mortal en el Evangelio, de Jesús glorioso en el cielo y de Jesús Sacramentado en el Sagrario, para Gloria de tu Hijo, que goza en darse y para delicia tuya, que es dárnoslo, despierta en torno de cada copón muchas hambres de comerlo, de hablarle, de mirarlo sin verlo, de escucharlo sin oírlo, de bañarse en miradas suyas, de ungirse en la virtud que exhala su Cuerpo Sacramentado, y de perfumarse en el olor de sus virtudes eucarísticas» (OO.CC. I, n. 1140).
Este texto nos muestra a las claras la enseñanza sobre el papel de María en traernos a Jesús, o su mediación, que adquiere especial riqueza cuando se mira a través de los ojos de san Manuel. Nuestro santo añade una gran hondura y belleza al tema de la mediación mariana y se puede ver cómo introduce maravillosamente el elemento eucarístico: «Dadora de Jesús mortal en el Evangelio, de Jesús glorioso en el cielo y de Jesús Sacramentado en el Sagrario.» ¡Qué hermoso! ¡Qué riqueza!
Un motivo por el cual la mariología de san Manuel es sumamente sólida es que parte del fundamento principal, que es el trinitario. ¿Qué ejemplos encontramos en sus escritos? 
Deyanira Flores [DF]: La perspectiva más común para contemplar a la Virgen es como Madre de Jesucristo. Grandes mariólogos como san Luis de Montfort y san Manuel la contemplan en relación con las tres divinas personas, subrayando la relación única que se establece entre esta hermana nuestra y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Para expresar esta relación maravillosa, se la llama hija del Padre, madre del Hijo y esposa del Espíritu Santo. Probablemente el primero en darle estos títulos, que se volvieron tan comunes, fue san Francisco de Asís.
Como san Manuel es tan original, lo expresa también al contrario: su Padre Dios, su Hijo Dios y su Esposo Dios (cf. OO.CC. II, n. 2415).Para comprender esta mariología trinitaria de san Manuel, veamos cómo presenta los dogmas de la Inmaculada Concepción y la Asunción en términos trinitarios.
Con respecto a la Inmaculada, tiene un texto genial que lo coloca entre los autores que más han profundizado este tema. En él enfoca la Inmaculada Concepción en tres momentos: «desde el primer instante de su ser», «todos los instantes de su vida», «por los siglos» María es la Inmaculada (OO.CC. I, n. 648).
Y señala las consecuencias de este don divino único en cada etapa.
<ol>
<li>«Por ser inmaculada, desde el primer instante de su ser: Vio a Dios, recreó a Dios, gustó a Dios, fue Hija, Madre y Esposa de Dios». Desde el principio de su vida, María está inefablemente unida a Dios, pues al ser Toda Pura está lista para la unión con Él y puede convertirse en la Hija, Madre y Esposa de Dios. Ella lo ve y Él se recrea en Ella.</li>
<li>«Por ser Inmaculada todos los instantes de su vida» tiene una relación sublime con cada una de las tres divinas personas que san Manuel describe así: «Fue la mejor y más grata de todas las hijas que Dios ha tenido y tendrá: fue la Madre que más ha gozado y sufrido por su Hijo, la que más parecido ha tenido con Él, y fue la Esposa más fiel, más enamorada, más sacrificada y más enriquecida por su Esposo».</li>
<li>Y «porque por los siglos de los siglos será Inmaculada, Hija, Madre y Esposa de Dios», glorificará y amará a la Santísima Trinidad más que nadie.</li>
</ol>
La Asunción al cielo, vista como la recompensa que Dios le otorga por su colaboración en la obra redentora del Hijo, es vista por san Manuel desde un contexto trinitario. Así, se imagina un diálogo entre las tres divinas personas: «¿qué merced daremos a la más piadosa de las hijas, a la más generosa de las madres y a la más fiel de las esposas? ¿Qué lugar ha de ocupar en el cielo la Hija, Madre y Esposa de Dios? Si está decretado dar al que dé, ¿qué se dará a la pura criatura que a la Trinidad augusta ha dado más gloria y ha obtenido para el cielo y para la tierra más bienes que todas las puras criaturas juntas? (OO.CC. II, n. 2616). A Ella le corresponde «lo más alto, lo más rico, lo más glorioso del cielo, después del trono de la Santísima Trinidad, lo más cerca de Jesús, lo más lleno de gloria, de su visión, de su posesión y de su poder, después del Padre y del Espíritu Santo, ése es el lugar del descanso de María» (n. 2619).
<h5 style="text-align: right">Continuará</h5>
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<title>Editorial (mayo 2024)</title>
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<pubDate>Mon, 06 May 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo 2024. Madre, Capitana, Maestra y Alentadora de nuestras empresas La innegable devoción eucarística de san Manuel González solo es equiparable al otro gran amor de su vida: la Virgen María. En las páginas de El Granito son innumerables los artículos dedicados a cantar este […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo 2024.
<h2 style="text-align: center">Madre, Capitana, Maestra y Alentadora de nuestras empresas</h2>
La innegable devoción eucarística de san Manuel González solo es equiparable al otro gran amor de su vida: la Virgen María. En las páginas de El Granito son innumerables los artículos dedicados a cantar este amor filial y esta sincera gratitud. De hecho, la famosa oración «Madre, que no nos cansemos» es parte del editorial de El Granito de Arena del 5 de septiembre de 1909, escrito con motivo de la fiesta de la Virgen de la Cinta, que tendría lugar tres días después (el 8 de septiembre). Todos los editoriales del 5 de septiembre desde 1908 hasta 1915 están dedicados a reconocer la propia pequeñez y ensalzar la bondad y el cariño de la Madre para con su pueblo (de Huelva, en el caso de Ntra. Sra. de la Cinta).
Queremos, en este mes de María de 2024, regalar a todos los lectores de El Granito las mismas palabras que el entonces arcipreste de Huelva le dirigió a nuestra «Madre querida, Capitana, Maestra y Alentadora de nuestras empresas en estas mismas páginas». Así se dirigía a ella:
«A Ti vienen en este tu día, los redactores de El Granito de Arena y los que con ellos trabajan por hacer á Huelva católica, para ofrecerte el más cariñoso y filial de sus saludos.
Quisieran, Madre, para expresarte lo que te aman y te agradecen, disponer de un lenguaje que no fuera como este nuestro que no siempre puede decir lo que siente el alma, un lenguaje, más que de palabras, de besos ardientes, de miradas expresivas, de latidos fuertes de corazón, un lenguaje parecido al en que te hablarán los Ángeles para felicitarte en este día, parecido, ¡ay, si pudiera ser! al en que tu Hijo bendito te dice eternamente las cosas que un tal Hijo debe decir á una tal Madre…
Pues con ese lenguaje, Patrona querida, quisiéramos decirte la gratitud rendida que siente el pecho nuestro por las bendiciones repartidas, la protección dispensada, los alientos prestados, las luces difundidas que en este año has hecho brotar del Corazón bondadoso de tu Hijo a favor de tus hijos de Huelva, con ese lenguaje quisiéramos decirte en público lo que tantas veces te hemos dicho en la soledad de nuestro corazón, que queremos ser tuyos y del Corazón de Jesús, que nuestra gloria y nuestra defensa y nuestro programa sea este: “Por Él y para Él, por Ella y para Ella”, y con ese lema, y desarrollando ese programa, vayamos al pueblo, á esa porción de pueblo […] que todavía no se te ha rendido, que no te alaba, que no se te acerca… y que parece que más se endurece, mientras más bien se le hace…
¡Madre nuestra! ¡Una petición! que los hijos pobres no pueden felicitar á sus madres ricas sin pedir algo. Una petición, sí, para nosotros, para los de la Acción Social Católica, para los de El Granito, para los propagandistas. ¡Que no nos cansemos!
Sí, aunque el desaliento por el poco fruto o por la ingratitud nos asalte, aunque la flaqueza nos ablande aunque el furor enemigo nos persiga y nos calumnie, aunque nos falten el dinero y los auxilios humanos, aunque vinieran al suelo nuestras obras y tuviéramos que empezar de nuevo… ¡Madre querida […] ¡que no nos cansemos!
Firmes, decididos, alentados, sonrientes siempre, con los ojos de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades para socorrerlas, y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús, que está en el Sagrario, ocupemos nuestros puestos, el que a cada cual ha señalado Dios.
¡Nada de volver la cara atrás! ¡Nada de cruzarse de brazos! ¡Nada de estériles lamentos!…
Virgen de la Cinta, otra vez. ¡Que no nos cansemos! Mientras nos quede una gota de sudor o de sangre que derramar, unas monedas que repartir, un poco de energía que gastar, una palabra que decir, un aliento de nuestro corazón, un poco de fuerza en nuestras manos o en nuestros pies… que puedan servir para dar gloria a Él y a Ti y para hacer un poco de bien a nuestros hermanos… ¡Madre mía, por última vez ¡morir antes que cansarnos! Amén».
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<title>St. Manuel in the U.S.A. · San Manuel en Estados Unidos (crónica – y II)</title>
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<pubDate>Fri, 03 May 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
<category><![CDATA[Avivamiento Eucarístico en Estados Unidos]]></category>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024. Profeta imparable y anhelado (y II) Proseguimos en este número la crónica del viaje eucaristizador que dos Misioneras Eucarísticas realizaron a Estados Unidos el pasado mes de marzo. Tras las primeras emociones, presentando la Obra de las Marías y Discípulos de San […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024.
<h2 style="text-align: center">Profeta imparable y anhelado (y II)</h2>
Proseguimos en este número la crónica del viaje eucaristizador que dos Misioneras Eucarísticas realizaron a Estados Unidos el pasado mes de marzo. Tras las primeras emociones, presentando la Obra de las Marías y Discípulos de San Juan, el domingo 10, participaron de la charla sobre san Manuel que Eileen Wood ofreció en la parroquia Ntra. Sra. de Lourdes, en Carver (MA). 

La exposición de milagros eucarísticos ideada por el beato Carlo Acutis había quedado instalada en la parroquia del P. Joseph el pasado jueves 7 de marzo. Este domingo (10), y tras la visita de cientos de feligreses, se realizaría la clausura. Como siempre, Eileen ofrecía una charla sobre san Manuel González, ese «santo que posiblemente no os suene, pero que seguramente os emocionará en cuanto sepáis algunos detalles de su vida».
La asistencia no era tan numerosa como cuando se abrió la exposición. Eileen tiene estimado que generalmente asisten una tercera parte de los que escuchan la presentación del beato Carlo. «No me sorprende ni me preocupa», afirma siempre, «el beato Carlo es para todos, san Manuel tiene una profundidad y una experiencia eucarística tan honda que solo quienes tienen una vida de fe más profunda lo comprenden».
Aun así, más de 50 personas escuchaban con suma atención sus palabras. Con atención y, en no pocas veces, con emoción y ojos brillosos. Eileen también presentó a las Hermanas «de la congregación fundada por san Manuel» e invitó a formar parte de los grupos fundados por san Manuel y que querían ser, como él, reparadores del abandono del Sagrario.
Al concluir, nuevamente se formó una larga fila para venerar las reliquias de san Manuel y el beato Carlo. Muchos ya lo habían hecho un par de días antes, ¡pero nunca son demasiadas veces para encomendarse a estos bienaventurados compañeros en el camino de la fe! Además, había una nueva reliquia de 2º grado: un sombrero que había sido utilizado por san Manuel durante su vida. Todos los que quisieron pudieron venerarlo, tocarlo, orar con él y, ¡por supuesto! sacarse fotografías.
Cuatro personas, en diferentes momentos, se nos acercaron para decirnos: «Hermana, escuchando a Eileen me he sentido llamada a ser parte de este carisma de san Manuel, ¿qué tengo que hacer?». ¡Qué emoción escuchar estas palabras, en inglés, a tantos kilómetros Huelva, donde hace más de 100 años nacieron las Marías y Discípulos de San Juan! ¡Sí que san Manuel sigue haciendo de las suyas en tierras norteamericanas!
Además de escuchar estas peticiones, dialogar e intercambiar direcciones, prometimos regresar pronto para poder dar más detalles y, llegado el caso, comenzar un grupo UNER en aquella zona (porque había personas de varias parroquias que se habían acercado a ver la exposición, escuchar la charla sobre san Manuel y venerar las reliquias de ambos bienaventurados.
Lunes 11 de marzo 
La parroquia de St. Bridget, en Mainard (Massachusetts), nos esperaba en este día. Participamos en la Eucaristía de las 10 de la mañana y, a continuación, tuvimos una nueva reunión para presentar la UNER. Seis mujeres nos escuchaban con atención y entusiasmo. ¡Y también nosotras quedamos emocionadas al escuchar sus propios testimonios de vida! Eran cristianas con profunda fe, convencidas de la verdad católica, personas de oración y asiduidad a los sacramentos. ¡No era de extrañar que el mensaje de san Manuel calara tan profundamente en ellas! Algunas eran catequistas, una estaba estudiando para ofrecer dirección espiritual, esta participaba en la adoración perpetua, aquella estaba empeñada en mostrarle a sus nietos cuánto amor vive en el Sagrario… Al terminar nuestra exposición se sucedieron un sinfín de preguntas, sugerencias e ideas: «ya sé a quién voy a invitar de mis amigos y conocidos», «estoy segura de que mi párroco estará encantado de tener un grupo de Marías», «yo puedo coger el coche e ir a recorrer Sagrarios»… ¡Cuánta delicadeza hacia Jesús Eucaristía desprendían sus palabras!
Para concluir, tuvimos un momento de oración encomendando a san Manuel (cuyo sombrero-reliquia veneramos) el futuro de las Marías en las parroquias a las que pertenecían, ya que eran de varias zonas cercanas a Mainard.
Con el corazón rebosante de emoción y gratitud regresamos a Tewksbury, ya que al día siguiente se abría una nueva etapa de nuestro viaje en Maryland y Washington D.C.
Nuevamente en la USCCB 
Aquel martes 12 de marzo, muy temprano, nos pusimos en camino al aeropuerto para coger el vuelo hacia Baltimore. Desde allí, un bus nos dejaba muy cerca de la casa de Victoria Schneider, autora de The Bishop of the Abandoned Tabernacle, el libro que, cada día estamos más convencidas, fue el instrumento del que se valió Dios para dar a conocer a san Manuel en EE.UU.
El cronograma del par de días que teníamos planificado pasar en aquella zona no estaba muy lleno de actividades. ¡Pero distinta fue la realidad! La primera sorpresa fue al día siguiente (miércoles 13), cuando nos dirigimos a la Conferencia Episcopal de los Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB). Allí íbamos a saludar brevemente a Marilyn Santos, Associate Director del Comité de evangelización y catequesis de dicho organismo, y al Padre Jorge Torres, Executive Director del Secretariado para el clero, la vida consagrada y las vocaciones (a quien no habíamos podido saludar en nuestro viaje de mayo de 2023, ya que se encontraba de ejercicios espirituales).
Quiso Dios que el P. Jorge estuviera en la puerta en el momento de nuestra llegada. Nos explicó que Marilyn estaba en una reunión pero que deseaba saludarnos en cuanto se desocupara. Muy amablemente nos recibió en su despacho y tuvimos ocasión de conocer su nueva labor (anteriormente trabajaba en el Comité de evangelización y fue él uno de los que sugirió a la USCCB que san Manuel sería un buen patrono para el Avivamiento eucarístico y el Congreso de Indianápolis). Muy conocedor de san Manuel, tenía en su escritorio el libro de Victoria Schneider, el comic de san Manuel y los dos ejemplares de El Granito de Arena donde se contaba el viaje de mayo-junio de 2023. Con muchísima alegría recibió otros libros de san Manuel que le llevábamos: El Rosario sacerdotal, El Corazón de Jesús al corazón del sacerdote y Lo que puede un cura hoy.
Tuvimos ocasión de compartir con detalle las vivencias de nuestro viaje y la alegría de ver cómo san Manuel se está ganando el corazón de muchos católicos en aquel país. Se interesó mucho por la Obra y nos hizo incontables preguntas sobre el carisma, las Marías y los Discípulos de San Juan, cómo era su organización, formación, apostolado, etc. Como nuevamente habíamos llevado el sombrero de san Manuel, quiso venerar la reliquia y encomendarse al famoso «Arcipreste de Huelva», compañero y animador de camino sacerdotal.
Si bien la charla era muy amena e interesante no queríamos interrumpir las numerosas ocupaciones del P. Jorge. Ya nos levantábamos para irnos, dejando saludos para Marilyn, cuando nos avisan de que ella terminaba su reunión en ese instante y nos esperaba en otro piso.
Aunque en el viaje anterior conocimos su despacho, esta vez estábamos yendo hacia otra ala del edificio. ¿Sería que habían reestructurado las oficinas? Grande fue nuestra sorpresa al ver que, en realidad, nos dirigíamos a la sala de reuniones donde estaba reunido parte del Comité de evangelización y catequesis y que allí, además de Marilyn y David Spesia, el Executive Director, estaba su presidente: Mons. Charles C. Thompson, ¡obispo de Indianápolis! ¡Donde tendría lugar el Congreso Eucarístico Nacional del próximo julio!
A la sorpresa inicial de poder saludarlo y hacerle muchas preguntas respecto al Congreso (y, así, por ejemplo, saber cómo se está organizando la diócesis para recibir los más de 35.000 inscriptos) se sucedió la de comprobar el interés que tenía por conocer más de san Manuel y, sobre todo, de la Obra de las Marías y Discípulos de San Juan. El encuentro, que prometía ser un simple saludo, se extendió por más de media hora sin que notáramos cómo pasaba el tiempo. Nuevamente verificábamos que el mensaje de san Manuel llama la atención, atrae e invita a la intimidad con Jesús Eucaristía y al anuncio eucaristizador. ¡A todo nivel, lo mismo laicos que obispos!
Como nos dio el mediodía, nos invitaron a la Misa que a diario se celebra en la capilla de la USCCB y, a continuación, también pudimos participar en un momento de adoración eucarística. Según nos habían informado en el viaje anterior, con la Superiora general, los obispos desean que la reliquia de san Manuel, que fue obispo, y que estuvo peregrinando por todo el país, finalmente quede en un lugar destacado de esta capilla.
Ya de regreso a casa de Victoria Schneider, con el corazón latiendo emocionado y tras visitar la basílica del santuario nacional de la Inmaculada Concepción y el santuario nacional de San Juan Pablo II, hicimos una parada para saludar (o eso solo prometía ser) al P. David, párroco de San Martín de Tours. El P. David es el sacerdote que acompañará la peregrinación que se está organizando, desde aquellas tierras, para realizar la ruta de san Manuel (Palencia, Madrid, Málaga, Huelva y Sevilla, además de comenzar el itinerario saludando a la Virgen en Fátima, en Portugal).
Aunque ya lo conocíamos por alguna videoconferencia previa, ajustando detalles de la peregrinación, fue una gran alegría poder saludarnos personalmente. Sin embargo, al contarle los encuentros que habíamos tenido previamente para formar grupos UNER, él también se interesó. En su parroquia, además, hay muchos feligreses hispanos que podrían leer a san Manuel directamente en español. ¡Cada vez eran más los signos que nos pedían un pronto regreso a Estados Unidos!
En la parroquia de San Martín, además, ya había comenzado un grupo de familias inspiradas en los escritos y espiritualidad del beato Carlo Acutis, con lo cual le pareció muy buena idea poder tener un grupo con la espiritualidad del otro patrono del Avivamiento eucarístico.
Seguíamos cosechando alegrías en nuestro corazón y no serían menos las de la noche. María Magdalena y Norma se acercaron a cenar en familia junto a los Schneider y, ¡cómo no!, para conocer más sobre las Marías de los Sagrarios Calvarios. Victoria ya les había explicado y estaban muy entusiasmadas ante la posibilidad de profundizar en ello.
Se notaba, en sus miradas, su profundo espíritu eucarístico. No en vano siempre se hacen hueco para asistir a la adoración (¡aunque sea a las 4 de la mañana!, para poder entrar puntualmente al trabajo a las 5.30). «Es que sin el Señor no podemos vivir», explicaron… ¡como si hiciera falta! Con muchísimo interés fueron conociendo más detalles de la espiritualidad eucarística reparadora y su organización. Nuevamente quedaron en reunirse y formar un nuevo grupo en su parroquia.
El plato fuerte del día siguiente, jueves 14 de marzo, era la misión que por la tarde comenzaba en la parroquia Saint John Neumann, de la cual es feligresa Victoria.
Desde el inicio del Avivamiento eucarístico, 50 sacerdotes habían sido nombrados predicadores del Avivamiento y se desplazaban a las parroquias que así lo solicitaran para dar retiros, charlas, organizar momentos de adoración, etc. En esta ocasión la feligresía estaba especialmente agradecida, ya que el predicador era el P. Andy Davy, ¡un hijo de aquella parroquia! De hecho, allí estaban su madre y su padre, que es diácono permanente.
El P. Andy pertenece a la congregación de Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción de la Beata Virgen María y dio una charla muy amena sobre la adoración eucarística, invitando a la intimidad con Jesús. Al concluir, los más de 200 asistentes tuvimos ocasión de entrar en intimidad con Jesús Eucarística en un prolongado tiempo de adoración eucarística, que concluyó con la bendición. En su charla, el P. Andy en más de una ocasión mencionó a san Manuel González y, al reservar el Santísimo, dio la bendición con la reliquia del obispo del Sagrario abandonado que había llevado Victoria. A continuación, la larga fila que se formó y que avanzaba muy lento demostró que fueron muy pocos los que no aprovecharon esta ocasión para venerar las reliquias y encomendarse a san Manuel. ¡Cuánta cercanía despierta nuestro fundador!
Sábado 16 y lunes 18 de marzo 
Ya de regreso en Tewksbury solo quedaba una reunión, programada para el lunes siguiente (unas horas antes de nuestra partida) pero, dado el entusiasmo ¡fue necesario ofrecer dos encuentros!
En la parroquia de San Guillermo (Saint Wiliam), a la que pertenece Eileen, muchos feligreses deseaban conocer más a san Manuel y el carisma eucarístico reparador. Para ello se organizó una reunión tras la Misa de 9 de la mañana del lunes 18 de marzo. Sin embargo, nada más comenzar a enviar las invitaciones, varios mostraron su desencanto ante la imposibilidad de asistir. Acomodando otros encuentros pudimos hacer un hueco en la mañana del sábado, también al terminar la Eucaristía de las 9.
Una decena de personas se hicieron presentes, incluido su párroco, el P. Quilin Bouzi, de la congregación de los Oblatos de María Inmaculada. Nuevo interés manifiesto tanto en la escucha como en la participación posterior, con preguntas y sugerencias: «¡Yo quiero formar un grupo en mi parroquia!», «¿cómo comenzamos las reuniones?», ¡no os olvidéis de enviarnos el enlace para empezar a estudiar Sacramentum Caritatis»…
Desde el primer encuentro de presentación de la UNER habíamos adoptado la costumbre de incluir las preguntas que nos hacían en las reuniones anteriores. Esto hacía que la presentación de las Marías fuera cada vez más clara pero, también, ¡que las preguntas fueran cada vez más profundas y, a veces, difíciles de contestar brevemente! En San Guillermo, cuando ya llevábamos más de media docena de reuniones, las preguntas fueron muy claras: «¿En qué consiste concretamente la formación?», «¿cuánto tiempo?», «¡pues podríamos hacer la ofrenda para el 4 de enero, fiesta de san Manuel y de la Madre Seton!» (una de las santas nacionales más queridas para los norteamericanos). Y, a partir de allí, descubrir que Santa Isabel Ana Seton no solo comparte con san Manuel la fecha en que se celebra su fiesta, sino su amor a la Eucaristía y que fue ante un Sagrario donde se obró su conversión. Como zanjó la cuestión una de las participantes: «¡¿es que necesitáis más signos?!».
Al lunes siguiente los participantes fueron más aún que el sábado anterior (que no habían sido pocos). Incluso el párroco volvió a asistir, ya que el sábado había tenido que irse antes de finalizar el encuentro. Según él era para «aprovechar que había desayuno gratis» pero ¡con qué cariño comenzó la reunión, nos dio la bendición y se acercó a venerar las reliquias de san Manuel y el beato Carlos que nos acompañaban!
Una vez más, el silencio y la atención sorprendían, todos tomaban notas ávidamente y, al concluir la presentación, sugerencias, preguntas, ideas, ofrecimientos: «yo quiero ser María», «ya le he escrito a mi párroco para ir a verlo cuanto antes», «¿quién se encargará de dirigir las reuniones de formación?; ¡tiene que ser alguien formado en temas teológicos!» (¡sí!, las preguntas cada vez eran más profundas y difíciles de responder!… ¡menos mal que era ya la última reunión!).
«No tengo ninguna duda» 
Tras el intercambio de teléfonos y correos, la sala se fue vaciando. Estábamos ya recogiendo todo y, de repente se escucha una voz clara y convencida: «I have no doubt that I want to be a Mary» y, a continuación, con el mismo convencimiento pero con la pronunciación y la timidez de quien habla en un idioma que no es el materno: «No tengo ninguna duda de que quiero ser María». La Hna. Mª del Valle, la delegada general, emocionada, estaba grabando un vídeo a Sharon, que unas horas más tarde nos escribía: «¡Quiero que en mi parroquia se forme el primer grupo de Marías de Estados Unidos!».
Nos quedaban unas pocas horas en suelo estadounidense pero hicimos un hueco para ir a postrarnos ante el Señor expuesto (St. William cuenta con una capilla de adoración perpetua desde hace casi 20 años, fundada por Eileen Wood, ¡cómo no!). No alcanzaban las palabras para agradecer (ni en inglés ni español) cuanto Dios había querido regalarnos en estas tierras, más aún, cuánto san Manuel estaba obrando aquí. Más que dar charlas o presentar la Obra, Dios nos había traído para presenciar cuánto entusiasmo eucarístico está despertando en los corazones. Señor, ¡gracias!, y que sepamos responder con entrega generosa, con entusiasmo vital, con radicalidad, como siempre lo haces Tú.
Aunque el Congreso de Indianápolis se celebre el julio, va a ser indispensable regresar antes para saciar tantos anhelos de conocer más a san Manuel y el carisma eucarístico reparador. En la próxima revista comenzaremos a narrar la crónica del viaje de mayo, que realizaremos para acompañar a los futuros Marys and Disciples of St. John. ¡Contamos con las oraciones de la FER de todo el mundo! ¡Muchas gracias!
<h5 style="text-align: right">Mónica Mª Yuan Cordiviola, m.e.n.</h5>
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<title>Orar con el obispo del Sagrario abandonado (mayo 2024)</title>
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<pubDate>Wed, 01 May 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
<category><![CDATA[El Granito de Arena]]></category>
<category><![CDATA[Orar con el Obispo del Sagrario Abandonado]]></category>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024. «El Paráclito dejará convicto al mundo…» (Jn 16,8) Adoramos hoy la presencia real y sacramental de Cristo vivo en el pan eucarístico, mientras meditamos uno de los anuncios de la venida del Espíritu Santo que hizo Jesús en el largo discurso de […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de mayo de 2024.
<h2 style="text-align: center">«El Paráclito dejará convicto al mundo…» (Jn 16,8)</h2>
Adoramos hoy la presencia real y sacramental de Cristo vivo en el pan eucarístico, mientras meditamos uno de los anuncios de la venida del Espíritu Santo que hizo Jesús en el largo discurso de la sobremesa de la Última cena.San Manuel González incorpora este anuncio, lo comenta y ora con él en el quinto día de su decenario al Espíritu Santo. Propone como aspiración para este día el objetivo de conocer internamente y saborear el Corazón de Jesús.
Este anuncio de la misión del Paráclito pone en evidencia tres realidades históricas que sucedieron cuando las autoridades religiosas y políticas condenaron a muerte a Jesús por blasfemo y por subversivo. El Paráclito, como juez divino, verdad suprema, demostrará al mundo que se equivocaron cuando no le creyeron como el enviado del Padre. Este fue el pecado de los judíos de aquel tiempo y sigue siéndolo de tantas personas que hoy le rechazan y le desprecian.
Cada momento de adoración eucarística es una oportunidad maravillosa para invocar al Espíritu Santo como maestro y motor de nuestra oración personal y comunitaria, puesto que Él viene en ayuda de nuestra debilidad, porque no sabemos pedir como conviene. «Pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables» (Rom 8,26). Estos gemidos inefables del Espíritu en nuestro espíritu acrecientan nuestra fe, fortalecen nuestra esperanza y avivan nuestro amor a Dios y al prójimo, en especial a los que sufren y están solos.
Oración inicial 
Ven, ven, Espíritu Santo, infunde en nuestros corazones tu infinito amor, para que experimentemos la verdadera libertad de hijos de Dios y discípulos de Cristo, para que seamos valientes en defender a la Iglesia, denunciar las injusticias y pregonar el Evangelio.
Escuchamos la Palabra 
Jn 16,4b-11
Meditación de la Palabra 
Decía san Juan Pablo II: « En el pensamiento de Jesús el pecado, la justicia y el juicio tienen un sentido muy preciso […] Esta explicación indica también cómo conviene entender aquel “convencer al mundo”, que es propio de la acción del Espíritu Santo» (Dominum et Vivificantem, n. 28).
Explica con todo detalle lo que significan estas tres palabras: «el pecado significa la incredulidad que Jesús encontró entre los suyos […] el rechazo de su misión que llevará a los hombres a condenarlo a muerte» (ídem.).
La justicia significa que Jesús «piensa en la justicia definitiva, que el Padre le dará rodeándolo con la gloria de la resurrección y de la ascensión al cielo: “Voy al Padre” […] El juicio significa que el Espíritu de la verdad demostrará la culpa del mundo en la condena de Jesús a la muerte en cruz» (ídem.).
Cristo vino al mundo para salvarlo. El Espíritu Paráclito debe convencer al mundo en lo referente al juicio: su misión es dar continuidad a la obra salvífica que inició Cristo. Este ha venido para derrotar definitivamente a Satanás, el príncipe de este mundo, cuya mentira es explotar la obra de la creación contra la salvación que trae Jesucristo, contra la Nueva Alianza que sella el Cordero con su muerte y resurrección en favor de la Humanidad y contra la unión del hombre con Dios a través de la obra redentora del Hijo.
Hoy necesitamos invocar mucho al Espíritu salvador, el Espíritu de la verdad, para no dejarnos engañar por el Mentiroso, para no dejarnos esclavizar por la servidumbre del pecado, para vivir con gozo y realismo nuestra fe, para ser continuadores de la misión que el Hijo traía de parte del Padre: la salvación de todos los hombres (cf. 1Tim 2,4).
Escuchamos a san Manuel 
«Para saborear al Corazón de Jesús vivo en el Sagrario… búsquese en el santo Evangelio una máxima o una escena… y con fe viva en el sentido y en la virtud que guarda, por ser Palabra de Dios, léase, medítese, saboréese, aunque por el pronto nada se saque, y el Espíritu Santo premiará nuestra fe y constancia; ¡veremos y gustaremos!» (OO.CC. III, n. 5315).
San Manuel nos habla desde su propia experiencia: el Cristo que nos habla en su Evangelio es el mismo Cristo que adoramos en su presencia eucarística. La mesa del pan de la Palabra y la mesa del pan eucarístico son inseparables en la celebración de la Eucaristía; constituyen un mismo y único sacramento.
Dice Benedicto XVI: «La Palabra que anunciamos y escuchamos es el Verbo hecho carne (cf. Jn 1,14), y hace referencia intrínseca a la persona de Cristo y a su permanencia de manera sacramental» (Sacramentum caritatis, n. 45).
Leer, meditar y saborear la Palabra ha de hacerse con constancia, movidos y guiados por el Espíritu Santo. Si perseveramos así, incluso en los días de mayor sequedad orante, al final, veremos y gustaremos esa Palabra y podremos exclamar como los dos discípulos de Emaús: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» (Lc 24,32).
Esa misma meditación nos ayudará a adentrarnos en el Corazón de Jesús, para adquirir, por gracia del Espíritu Santo, los mismos sentimientos del Hijo de Dios: «Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús» (Flp 2,5).
Se nos conceden esos mismos sentimientos no solo a nivel personal, sino también para que ayuden a nivel comunitario, en la familia o en el grupo cristiano o en la relación tú a tú con cualquier persona: «En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros» (Jn 13,35).
Hacemos nuestra la petición que propone san Manuel: « Espíritu Santo, danos sobre todo, el Don de Sabiduría para ver, saber, amar y saborear de todos los modos con que pueda ser visto, sabido, amado y saboreado el Corazón de Jesús» (OO.CC. III, n. 5315).
«¡Dios mío, cuántas veces me decía a mí mismo después de esas Misas, si Tú quisieras venirte aquí con nosotros para siempre… si Tú quisieras vivir en donde vivía mi madre…! ¡era mucho pedir, sí, quizá una locura… pero como se lo decía y se lo pedía a Él sólo, que es tan Padre y entiende tan bien estas locuras de cariños de los hijos…!» (OO.CC. III, n. 5238).
Juntos pidamos al Espíritu Santo 
Dios mío, que con la luz del Espíritu nos enseñas a meditar la Palabra y a contemplar cada escena evangélica con ojos de fe, concédenos, por la acción del Espíritu Santo, discernir en cada decisión cuál es tu voluntad, estar disponible a lo que nos pidas en cada instante, servir a nuestros hermanos desde la gratuidad y el sacrificio, gustar siempre el bien, rechazar continuamente el mal y gozar de tus consuelos.
Ven, ven, ven, Espíritu Santo, Espíritu de la verdad, llena los corazones de tus fieles, enciende en ellos la llama de tu amor, toca lo más íntimo de los corazones de los hijos de Dios; hazlos valientes para evangelizar, sinceros para buscar la verdad y la justicia, sencillos en el trato de tú a tú con cada personas, serviciales con los más pobres y débiles, constructores de comunión y unidad en las familias y en las comunidades cristianas, atentos a los signos de los tiempos y eminentemente eucarísticos y eucaristizadores para que la Humanidad se vuelva loca de amor por la Eucaristía.
<h5 style="text-align: right">Miguel Ángel Arribas, Pbro.</h5>
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<title>Granito y RIE (marzo 2024) en tu mano</title>
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<pubDate>Tue, 30 Apr 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
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<category><![CDATA[RIE]]></category>
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<description><![CDATA[El Granito de Arena. Abril 2024 Clic en la imagen para descargar el PDF. Editorial: Cristianos resucitados, ¿misión imposible? Mensaje para la Jornada de oración por las vocaciones Mensaje a la Comisión Pontificia para América Latina Homilía de Benedicto XVI en la Vigilia pascual de 2010 Profeta imparable y anhelado (I) Enseñanzas de san Manuel […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[<h3 style="text-align: center">El Granito de Arena. Abril 2024</h3>
<a href="https://elgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_abril_24_baja.pdf" target="_blank" rel="noopener"><img data-attachment-id="12839" data-permalink="https://eucaristia.wordpress.com/2024/04/30/egda-rie-pdf_2404/portada-egda-abril-24/" data-orig-file="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/aa8d0-portada-egda-abril-24.jpg" data-orig-size="576,786" data-comments-opened="0" data-image-meta="{"aperture":"0","credit":"","camera":"","caption":"","created_timestamp":"0","copyright":"","focal_length":"0","iso":"0","shutter_speed":"0","title":"","orientation":"0"}" data-image-title="portada EGDA abril 24" data-image-description="" data-image-caption="" data-medium-file="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/aa8d0-portada-egda-abril-24.jpg?w=220" data-large-file="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/aa8d0-portada-egda-abril-24.jpg?w=576" class="aligncenter wp-image-12839 size-medium" src="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/aa8d0-portada-egda-abril-24.jpg?w=220&h=300" alt="" width="220" height="300" srcset="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/aa8d0-portada-egda-abril-24.jpg?w=220&h=300 220w, https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/aa8d0-portada-egda-abril-24.jpg?w=440&h=600 440w, https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/aa8d0-portada-egda-abril-24.jpg?w=110&h=150 110w" sizes="(max-width: 220px) 100vw, 220px" /></a>
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<ul>
<li>Editorial: Cristianos resucitados, ¿misión imposible?</li>
<li>Mensaje para la Jornada de oración por las vocaciones</li>
<li>Mensaje a la Comisión Pontificia para América Latina</li>
<li>Homilía de Benedicto XVI en la Vigilia pascual de 2010</li>
<li>Profeta imparable y anhelado (I)</li>
<li>Enseñanzas de san Manuel</li>
<li>Itinerario mariano de san Manuel González</li>
<li>Su afmo. P. in C.J.</li>
<li>Orar con el obispo del Sagrario abandonado</li>
<li>La FER en el mundo (UNER Murcia)</li>
<li>Cordialmente, una carta para ti</li>
<li>Desde nuestra ventana</li>
<li>Cartelera recomendada</li>
<li>Breves · Agenda</li>
</ul>
<h3 style="text-align: center">RIE. Abril 2024</h3>
<a href="https://elgranitodearena.com/revistas/rie/RIE_abril_24_baja.pdf" target="_blank" rel="noopener"><img data-attachment-id="12835" data-permalink="https://eucaristia.wordpress.com/2024/04/30/egda-rie-pdf_2404/portadarieabril24/" data-orig-file="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/1b36d-portadarieabril24.jpg" data-orig-size="610,553" data-comments-opened="0" data-image-meta="{"aperture":"0","credit":"","camera":"","caption":"","created_timestamp":"0","copyright":"","focal_length":"0","iso":"0","shutter_speed":"0","title":"","orientation":"0"}" data-image-title="portadaRIEabril24" data-image-description="" data-image-caption="" data-medium-file="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/1b36d-portadarieabril24.jpg?w=300" data-large-file="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/1b36d-portadarieabril24.jpg?w=600" class="aligncenter wp-image-12835 size-medium" src="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/1b36d-portadarieabril24.jpg?w=300&h=272" alt="" width="300" height="272" srcset="https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/1b36d-portadarieabril24.jpg?w=300&h=272 300w, https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/1b36d-portadarieabril24.jpg?w=600&h=544 600w, https://eucaristia.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/1b36d-portadarieabril24.jpg?w=150&h=136 150w" sizes="(max-width: 300px) 100vw, 300px" /></a>
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<ul>
<li>Arte para ilustrarte: Portadoras de luz</li>
<li>Tu Palabra me da vida: La luz de la resurrección ilumina nuestro camino</li>
<li>Melodías que acercan a Dios: Canciones en clave de vida</li>
<li>¡Siempre con vosotros!: Orar jugando con Él</li>
<li>¡Vamos a conocernos!: RIEamigos de Zaragoza</li>
<li>Con ganas de conocerte: ¡Confía en la misericordia!</li>
<li>De película: Los sueños… ¡sueños son!!</li>
<li>Hazlo tú también: El Sembrador salió a sembrar</li>
<li>Juegos y pasatiempos: Pasatiempos pascuales</li>
<li>¡Vaya personaje!: Tres buenos buscadores</li>
</ul>
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<title>Itinerario mariano de san Manuel González (abril 2024)</title>
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<pubDate>Mon, 29 Apr 2024 08:00:00 +0000</pubDate>
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<description><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de abril de 2024. Un amor filial que cautiva (I): La doctrina mariana de san Manuel González El último fin de semana de febrero tuvo lugar una nueva edición del curso para conocer más la vida y espiritualidad de san Manuel. Este año estuvo dedicado a […]]]></description>
<content:encoded><![CDATA[Artículo publicado en la revista El Granito de Arena de abril de 2024.
<h2 class="p1" style="text-align: center">Un amor filial que cautiva (I): La doctrina mariana de san Manuel González</h2>
El último fin de semana de febrero tuvo lugar una nueva edición del curso para conocer más la vida y espiritualidad de san Manuel. Este año estuvo dedicado a su profundo amor a María. La tarde del sábado contó con la presencia de dos teólogos (la Dra. Deyanira Flores, de Costa Rica, y el Dr. Keith Jiron, de Estados Unidos) que han profundizado especialmente en la Mariología del obispo del Sagrario abandonado.

Tanto Flores (que también es una de las redactoras de El Granito de Arena) como Jiron, han estudiado a fondo la Mariología de san Manuel. En efecto, tal como lo contaron ellos mismos, se sintieron profundamente tocados por el mensaje eucarístico emanado de la pluma de nuestro santo fundador. La ponencia fue presentada como diálogo en primer lugar, a partir de un serie de cuestiones planteadas por dos entrevistadoras y, tras un breve descanso, se pudieron responder numerosas preguntas planteadas por los presentes. Ofrecemos la primera parte de la transcripción de este diálogo.
¿Que es la Mariología? ¿Cómo se llega a ser experto en Mariología? 
Keith Jiron [KJ]: Diría que la Mariología es el estudio sistemático de la teología de la Bienaventurada Virgen María. Examina su lugar o papel en la historia de la salvación desde el Génesis, el primer libro de la Biblia, hasta el último libro, el Apocalipsis. La Mariología consiste en estudiar y reflexionar sobre la relación de María con nosotros en nuestra época moderna. ¿Qué significa para nosotros, ahora, hoy, que sea nuestra Madre Inmaculada? ¿Cómo es nuestra madre espiritual? ¿Qué implica en nuestra vida la doctrina y los dogmas de María? ¿Qué papel sigue desempeñando en la historia de la salvación?
La Mariología es una hermosa área de la teología sobre la que uno nunca puede convertirse en experto. He pasado casi diez años de mi vida doctorándome en Mariología y me siento un niño todavía en este campo, porque el misterio de la maternidad divina de María, madre del Verbo encarnado, me atrevo a decir, que es inagotable.
¿Cómo conocieron a san Manuel? 
KJ: Conocí a san Manuel en uno de mis cursos de doctorado que impartió mi mentora, la Dra. Deyanira Flores. Fue uno de esos momentos en los que el tiempo se detuvo para mí. No puedo recordar con exactitud lo que dijo la Dra. Flores aquel día, pero recuerdo que habló de este nuevo santo y de su rica doctrina eucarística, y que su Mariología era aún desconocida. Sugirió que podría considerar los escritos de san Manuel para mi tesina (y tesis, posteriormente).
Fui a hablar con ella ese mismo día y me sugirió que leyera más sobre él en un artículo que escribió en una revista llamada Ephemerides Mariologicae. Su artículo se titulaba: «La Doctrina Mariana de san Manuel González García».
Como el artículo de la Dra. Flores me introdujo en los textos marianos de san Manuel, fue para mí la primera vez que la Mariología cobró vida y se convirtió en algo más que un ejercicio académico. Los ricos y bellos textos marianos de san Manuel me conmovieron profundamente. Sentí en mi corazón un amor ardiente por su enseñanza. Entonces supe que este era el tema que Dios había planeado para mí y para mi tesis.
Deyanira Flores [DF]: Lo conocí gracias al canal católico EWTN, de la Madre Angélica. Un día, de casualidad, prendí la televisión y estaban dando una serie sobre la vida de san Manuel. Me llamó la atención inmediatamente.
Y la providencia divina hizo que ese mismo año, poco después, tuviera que ir a México a un congreso, y que este tuviera lugar en la sede de la Conferencia Episcopal Mexicana, que tiene una buena librería. Durante el congreso, fui a ver libros ¡y voy viendo los tres primeros volúmenes de san Manuel! Los compré inmediatamente.
Mis padres fueron los primeros en leerlos, y me los ponderaban todo el tiempo. Apenas pude los leí yo también y quedé fascinada con él hasta la fecha. Conocer a san Manuel ha sido una de las bendiciones más grandes que me ha dado Dios en la vida.
¿Fue muy difícil comprender los escritos de san Manuel? 
KJ: La Dra. Flores me comentó que a veces era difícil entender estos escritos. Ella sabía que el español no era mi lengua materna. Solo lo aprendí en la universidad, porque era mi licenciatura, y aprendí sobre todo el español de México, como probablemente puedan deducir por mi forma de hablar. El trabajo de traducción y síntesis de los textos originales en español de san Manuel a veces resultó difícil porque él no solo usa una conjugación verbal diferente (el plural informal, es decir, «vosotros», que no se usa en el español mexicano) sino que también usa expresiones propias de su época y situación geográfica.
Además, no había traducciones con las que comparar, por lo que la carga de encontrar el significado oculto y los matices recayó sobre mí, con la ayuda del Espíritu Santo. No me cabe duda de que en la redacción de mi tesis me ayudaron la Virgen y san Manuel y, por supuesto, Jesús sacramentado, ya que la mayor parte de la tesis la escribí delante del Santísimo Sacramento.
Tiempos y desarrollo de la tesis doctoral 
KJ: Para obtener la licenciatura y el doctorado en Teología dogmática con especialización en Mariología, tuve que escribir tanto la tesina de licenciatura como la tesis doctoral. Empecé a investigar los escritos de san Manuel en 2018, y terminé tanto la tesis de licenciatura como la tesis doctoral en 2021, así que me llevó unos tres años.
Al principio no estaba seguro de cómo se desarrollaría el trabajo. Cuando empecé a hojear la enseñanza mariana de san Manuel, me di cuenta de que había mucho material rico y, como aún no se había hecho un tratamiento sistemático de toda su Mariología, me sentí impulsado a hacerlo. Por ello, quise asegurarme de incluir en la obra todos sus textos marianos. Con la ayuda de la Dra. Flores, pude recopilar todos los textos marianos de san Manuel a partir de sus Obras Completas. A continuación, dediqué un tiempo considerable a clasificar los textos en diferentes categorías.
<h5 style="text-align: right">Continuará</h5>
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